domingo, abril 07, 2013

                 Hoy no voy a poner ni poesía mía, ni articulo  mío
Voy  a poner un poema dedicado a los jubilados, lo escribió la madre de un amigo.
Ella se llama Amparo Verdes , tiene 86 años, no solo la recitó de memoria si no que por el tono e inflexión de su voz, nada envidia a la mejor rapsoda. Por un momento cerré los ojos y oí su voz melodiosa, gallega y argentina  (la voz) sonaba a 40 ó 30 años.
Ella es también la autora del poema.
¡Ahí va por ti Amparo! 


A los jubilados

Con la humildad que es mi lema
y tomando como tema
vuestros méritos diversos
hice pensando en unos versos
un entrañable poema.
Los acordes de mi escrito
obedecen a una norma
si hay un corazón marchito
le alivien de alguna forma.
Así, con bello trato
mucho respeto y calma
os dedico mi relato
jubilados de mi alma.
Os digo de corazón
a los hombres y mujeres
que haciendo una reflexión
vi que la jubilación
tiene también sus placeres.
Placer es vuestra amistad,
placer es la convivencia
y placentera la audiencia
con vuestra cordialidad.
Placer es haber cumplido
con ese deber sagrado
del trabajo encomendado
cuando estabais en activo.
A la gente trabajadora
tras soportar en el tajo
jornadas agotadoras
les llega el día y la hora
del sosiego y del relajo.
No lo olvidéis jamás
hay que seguir el proceso
que esto es una etapa más.
Tras el fin de caminar
cada cual en su excursión
se sentará a descansar
sin sentir humillación.
Por eso buen jubilado
soñad con la primavera
pensando que todavía
alguien ansía y espera
vuestra grata compañía.
Con mi solidaridad
por los seres marginados
que hay en nuestra sociedad
paso a los versos finales
pidiendo a la autoridad
que las ayudas sociales
para la tercera edad
Sean dignas primordiales
que alivien penas y males
y nos den vitalidad