miércoles, enero 01, 2014

Meditaciones profundas

Dos apegos ¡Muy apegos !
Por André de Artabro

Los apegos (reedición corregida y aumentada)

Fue en las postrimerías de la obra de Anthony de Mello, cuando ya la filosofía Zen y el budismo, habían calado profundamente en su obra y en su espíritu; cuando tanto yo, como mi círculo de amigos, tuvimos  conocimiento de los apegos en el sentido más oriental del término.
Apegos, son todos aquellos afectos , circunstancias materiales y morales, como personas, cosas , seres queridos etc. que por ser parte de nuestro entorno nos condicionan.
He leído a muchos orientales:  Oso, Krisnamundi, Buda...Me arrastra y admira la lógica del Zen, el liberalismo del Hinduismo, mas cuando llego a los "apegos" por más que mi admirado Antony de Mello, refute sus vivencias , los combata y denoste  y ridiculice , yo no puedo por más que decir " disiento y disiento profundamente" y renacen en mi los poderosos influjos de Tehilar de Chardin, Ken Wilber y otros.. en mi lento transcurrir por las dualidades humanas, que tantos orientales transcienden y superan, se rebelan en mí algo interior que no puedo soslayar que es" el tuyosear ", crecer y crecer en ti y si procede enamorarme, llegar a la maravillosa kenosis, entregarme a ti, fundirme contigo desearte con toda alma y cuerpo hasta que reviente muchas ¡Muchas veces! en dicha unificadora y redentora. Eso sí teniendo muy presente el no concederle a nadie el poder o la capacidad de enojarme
Me gusta tuyosear, llenarme de apegos, así esos que denostan los orientales, que yo también lo soy en muchos conceptos, pero ¡Qué voy a hacer si por sentimientos y por convicción, me gusta crecer en el tú, estar en ti!
Desde mi inquieta juventud, quise imitar a Buda, `preguntándome ¿ Redención o iluminación? Tal vez no sean excluyentes.
Algo muy fuerte en mi interior me obligaba una y otra vez a preguntarme ¿El por qué de mí, cuál es mi misión?¿Qué debo hacer?
 Con una fuerza llena de vehemencia, supe y sé que "tú eres", que el vivirte es mi destino, aunque  tenga mis silencios alguna vez debajo de un ciruelo en flor.;pero si me dedico como parte fundamental de mi vida a la meditación y a no tener apegos, por falta de costumbre y por atrofia ,perderé la capacidad de apegarme, la capacidad de quererte
A ti, que te he conocido y no quiero ni puedo evitar quererte.
André de Ártabro